No estoy hablando del año 98...
El 31 estuvimos mami y yo solitas.Nos tomamos dos whiskies cada una y comimos algunas cositas. Y, tal vez por el efecto de los tragos, empezamos a hablar del amor.
Yo le dije que no había perdido las esperanzas de encontrar a alguien. Y ella me respondió:"-Claro! El amor no tiene edad. Yo a mi edad puedo enamorarme. El corazón no envejece". O sea, a sus 98 años , aunque su piel y su físico no estén en lo mejor, lo de adentro no ha cambiado.
Y lo entiendo perfectamente.Porque yo también veo el paso de los años en mi aspecto exterior, pero por dentro me siento joven, y me emociono y hasta lloro con alguna película o cuando escucho alguna música...
Recuerdo cuando era joven y veía a las personas mayores como si ya se les hubiera acabado la vida, como si no tuvieran nada que hacer ya... Ahora que estoy mayor comprendo ... y no me asusta si los demás me ven como a una señora de casi la tercera edad, porque adentro mío me estoy riendo y me siento hasta más joven que ellos.
Así que empiezo este 2009 con nuevas perspectivas, con nuevos proyectos. Voy a trabajar para que hayan cambios y eso sólo me corresponde a mi hacerlos.
Y también me siento feliz de tener una mamá que, rondando los cien, todavía tiene aliento, ilusiones, se mantiene feliz y agradecida con la vida, y tiene sueños para repartir.
viernes, 2 de enero de 2009
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2 comentarios:
eso si que es bello...todo, esa abuela divina tomadora de whisky, vos con ganas de hacer cambios, y espero los logrés...hay que buscar y generar circunstancias...
saludos feliz año nuevo atrasado
Es que las "supermamás" somos supermamás, con fuerzas para recomenzar la vida en cualquier momento!
Un abrazo y feliz año berlinés para vos!
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