viernes, 10 de octubre de 2008

LOS MIEDOS

Esta mañana me desperté pensando en los miedos. Por qué tenía tanto miedo?

En casa no había violencia pero... sí recuerdo cuando era muy chiquita, que nos sentaban sobre las faldas (aquí dicen regazos) boca abajo y nos pegaban en la cola. No había nada más humillante, nada más vergonzoso. Nadie nos podía salvar.... y , para peor,con la cola al aire... Ah, eso sí era terrible.

Pero eso fue mientras éramos chiquitos. Después no me acuerdo que nos volvieran a pegar, salvo alguna cachetada, pero, si bien no era muy seguido, también era humillante.

Lo demás era insultos. No "malas palabras", porque en casa no se pronunciaban, sino , por ejemplo: tonta, tarada, imbécil .Recuerdo también que cuando me confesaba, mis pecados eran decir "malas palabras" como las que acabo de mencionar, pelear con mis hermanos y faltar una vez perdida a misa...

Papi no tenía mucha paciencia. A veces le pedíamos ayuda con las matemáticas y se sentaba con nosotros.Claro que él había aprendido con otros métodos y colocaba los números en otras posiciones y las cosas se complicaban más ... y no había forma de llegar al resultado según lo que nos pedía la maestra. Entonces papi se enojaba.

Hace unos días dije que le teníamos miedo a a papi. Siempre hablaba del rigor. La escuela nuestra era muy estricta. Había que hacer las cosas bien y sacar buenas notas, que , de hecho, sí las sacaba. Estaba el placer y el orgullo de estar siempre entre las mejores de la clase, aunque no había mucho reconocimiento de parte de mi padre.

Mami era la que nos felicitaba , la que hablaba con las otras mamás de nuestros logros... Papi decía : "nada más has hecho lo que tenías que hacer".

Al cabo de muchos años, me casé con un hombre con el que me divertía al principio, pero que después se fue convirtiendo en un tirano. Cuando se enojaba, me sentía como cuando papi me regañaba. Llegué a formar parte de su rebaño: los chicos y yo, yo y los chicos. Era una más. Se enojaba muchísimo... Claro, después se le pasaba, pero eso ya había quedado grabado en la mente.

No estoy justificando mis miedos, nada más tratando de reconocerlos , asimilarlos y tratar de eliminarlos.

Sólo deseo que mis miedos no hayan perjudicado a mis hijos, o que se los haya transmitido. Y que perdonen a esta supermamá,que de super no tiene mucho que digamos.

jueves, 9 de octubre de 2008

TIEMPOS SIN ARMONÍA

Me quedé ayer pensando en toda la etapa de la música en casa... En realidad había presencia musical, pero no había mucha armonía ...

Para empezar, la historia de las prácticas del violín, después las carreras que había que pegarse bajo la lluvia... Y ganar tiempo para estudiar. Me acuerdo a veces que volvíamos de la Sinfónica practicando las tablas de multiplicar.

Pero las cosas no estaban bien en casa. No. Mi hija, la que estaba de sandwich, era también el centro de las tensiones. Siempre habían peleas. Y yo como madre no supe cómo manejar el tema de las peleas. Habían muchos enfrentamientos, mucha pérdida de autoridad. Me sentía incapaz de resolver los problemas. La más chica lloraba todo el tiempo y venía reclamándome para que interviniera con su hermanita mayor... Me sentía sobrepasada y sé que más de una vez me salí de mis casillas y les gritaba, otras, las encerraba en el baño... mis métodos no servían. Para qué tantos libros,para qué tanto escuchar programas si no poría resolverlo , yyo que estudié para maestra... mmm.

Muchas veces cuando venía el papá,entonces repartía "fajazos" .Era horrible. Yo no sabía dónde meterme.Era como si me pegaran a mí. Mi hijo mayor lloraba de miedo, no porque le pegaran a él, ya que él nunca estaba en líos, sino al ver agredidas a sus hermanas. Fue una época horrible.

Había tensiones en casa. Recuerdo una vez en que había salido a la calle con los chicos y se me cerró la puerta. Y no tenía llave. Mi marido estaba tan furioso que empezó a darle patadas a la puerta, tratando de romperla o al menos romper la cerradura. Yo salí corriendo asustada a refugiarme a la casa de mi amiga-vecina.

Otro día mi hija, la del medio, se sentó sobre la puerta del horno y la cocina se le vino encima. Menos mal que no tenía ollas ni nada ... Pero me sentía tan desesperada que salí a la calle a llorar de impotencia.

La educación se me salía de las manos. No podía controlarlos y empecé a verlos casi como a mis enemigos. Sin embargo también habían buenos momentos, y casi siempre por las noches me pedían que fuera a sus camas, donde les cantaba canciones hasta dormirlos. Esos eran mis recuerdos más dulces. Mis momentos de paz. Ya no había reclamos, sólo canciones.

Seguro que si pusieran notas a las mamás, no pasaba de grado. No me alcanzaban los promedios.

Y siento mucho que en esas edades hayan tenido a una madre estresada que no sabía para donde agarrar.

Bueno, no es que TODO fuera malo. Habían cumpleaños, habían salidas , había diversión, había una mamá que no se perdía un acto escolar, habíauna supermamá que colaboraba con las maestras dirigiendo obras de teatro, coros y demás. Había una mamá pendiente del progreso de sus hijos. Había una mamá que los llevaba a clases de natación, al coro, a las clases de música, al gimnasio, a la grabación de anuncios... mamá chofer, mamá maestra,mamá mamá.

miércoles, 8 de octubre de 2008

LA FAMILIA YLA MÚSICA

Hace días que no escribo. A veces las cosas se complican o no estoy de ánimo para mirar hacia atrás...

Pero estuve pensando en otras cosas,aparte de la parte de la lectura. Y es el vínculo con la música, que en mis hijos empezó temprano.

Ya había notado que mi hijo tenía un gran oído. Tarareaba piezas que había escuchado una sola vez. Y hablo de música clásica, que es la que escuchaba en mis tiempos caribeños, cuando el encargado de la radio estaba en la ciudad... porque cuando se iba a la capital, nos dejaba sin programación...

Cuando tenía unos tres años, más o menos, empezó con unas clases de iniciación musical : reconocer y repetir ritmos, reconocer instrumentos y no sé cuánto más.

Siguió luego en la Universidad, en un programa para niños, para luego , como a los seis años ser admitido en el programa infatil de la Orquesta Sinfónica. Su instrumento: el violín.

Así que empezó con el estudio del instrumento, con un profesor japonés, muy estricto. Gran entusiasmo y quería tocar todo y adelantarse al programa. Pero el profesor decía: paso a paso. Primero una pieza y luego otra. El quería tocar todas las que aparecían en su libro de partituras."Hay que practicar" "Hay que estudiar al menos una hora al día"...

Ah, mezclado con la impaciencia del pequeño músico por adelantar el libro, estaba el alboroto de las hermanas. Claro, para llamar la atención, elegían el momento de la práctica para pelearse y gritar frente a la puerta. Aquello era un verdadero caos y, en lugar de un espacio de armonía, era un momento de guerra. Yo, en el cuarto observando la práctica y ellas arremetiendo contra la puerta y la música...

A pesar de todo, seguía adelante. Creo que dos veces por semana tenía clases, por la tarde, que era la hora de las lluvias... Así que salíamos los dos bajo los aguaceros, con un paraguas y el violín bajo el brazo.A veces estábamos con suerte y salíamos justo cuando el profesor (que era y todavía es, vecino nuestro) iba para la Sinfónica, así que conseguíamos viaje sin mojarnos. Otras, debíamos arreglarnos como fuera.

El papá no se involucraba mucho con el tema violín, en realidad no estaba muy de acuerdo , además de que escuchaba lo que decía su mamá: "pobrecito, no tiene tiempo para descansar". Así que rara vez me dejaba el auto para ir a las clases.

Hubo una primera presentación: eran cuatro los alumnos de ese nivel. Fue muy emocionante ver los frutos del estudio, de los sacrificios...

Y así seguimos adelante. Luego apareció el Coro de niños. El director era un argentino que ahora vive en Italia. Así que... una actividad musical más. Violín y coro. Ahora también iban las chicas, así que me tocaba correr un poco más, y conseguía el auto más a menudo. Un día, mi hija,la del medio, me dijo que le gustaria aprender violoncello. O sea, íbamos ampliando el panorama .

Ya era normal pasar corriendo de aquí para allá...la supermamá...

La supermamá corría y corría. La supermamá que nunca había estudiado música, aunque había cantado en el coro del colegio, la mamá con supermamá que había tocado piano y abuela pianista...

Lo cierto es que los chicos tenían presentaciones corales (hasta una ópera para niños, con sólo niños protagonistas) y yo ayudaba también en la organización, en conseguir lugares para las presentaciones, entrevistas en los diarios para conseguir publicidad gratis, cobrar a los papás por las clases que los chicos recibían en la Escuela de Canto Coral... Total, una supermamá orquesta...

Actualmente mis hijas disfrutan la música pero no la practican. Y mi hijo acaba de empezar en un coro, sólo que ahora es tenor.

Y ya seguiré más adelante.