domingo, 11 de enero de 2009

Después de un terremoto...

Estar en medio de un terremoto es algo espantoso. Primero se siente un ruido, como un zumbido... no sé bien... pero hay algo que lo alerta a uno de que algo va a pasar.

Estaba empezando a almorzar cuando de pronto me sentí despedida de la silla. Muchas veces tiembla... y es sólo un sacudón y nada más. Pero esta vez, el movimento continuaba y cada vez más fuerte. Las paredes se movían y empezaban a caer cosas al suelo... y no paraba... y no paraba. Llegué a pensar que la casa se caía.

De pronto se detuvo, pero como diciendo: no te confíes que ahora nada más estoy descansando...

Y comenzaron las réplicas más suaves. Puse la tele,que estaba en medio del noticiero ...Claro, y allí estaban las primeras imágenes, las dudas , las preguntas, saber cuál había sido la magnitud y la localización... el origen...la profundidad...

Ya nos fuimos enterando del desastre cerca del volcán, de sus pobladores, de la gente que perdía sus casas, de las carreteras desaparecidas, de la gente enterrada por los aludes, de los que habían caído a los precipicios... de las empresas ... de la gente que no se sabía donde estaba... mil y un detalles que uno no podía dejar de ver y enterarse...Quedamos pegadas a la pantalla como si tuviera imán...

Al día siguiente, seguían las noticias y los detalles... y aun seguimos esperando que aparezcan más personas... y que la ganadería dispersa por las montañas, las pobres vacas esperando ser ordeñadas para no explotar...

Después del terremoto queda una con ese miedo a que vuelva a suceder y además, aunque ya no se sientan las réplicas, se sabe que siguen sucediéndose. Y estuve con dolor de cabeza, con esa intranquilidad, esa inestabilidad...

Después del terremoto se me ocurrió asociar con lo que pasé todo el año anterior y también con lo que están viviendo en la franja de Gaza... y me dije: ésto ya es pasado. Pero hay gente sufriendo una guerra sin sentido (como todas) y otra sufriendo por los embates de la naturaleza, contra la que no se puede luchar ni detener.

Desde luego, prefiero estar viviendo un post-terremoto.