miércoles, 10 de septiembre de 2008

Y pasan los meses

Así que ... viaje de vuelta a casa, a la soledad.

Con muchos temores empecé este nuevo embarazo, mientras los otros dos crecían. El mayor me estaba dando problemas para comer: había que perseguirlo. La segunda, arrollaba al mundo con su "motito" de plástico y, casi sin saber caminar, se lanzaba por la pendiente de entrada de la casa, sin ningún temor...

Con esa motito hubo más de un magullado... principalmente los usuarios ...

Un día se me ocurrió ir la la Universidad, al menos para salir del encierro. En Buenos Aires había asistido a un curso de poesía española contemporánea. También había intentado seguir la carrera de Letras, hasta que cerraron la Universidad por la muerte de Perón y los disturbios posteriores...´(En Filosofía y Letras siempre se estaba expuesto a eso). Así que dije... aunque sea de oyente...

En realidad, siempre me sentí inclinada hacia las letras. También había hecho un curso de periodismo. Y después de fotografía... De todo un poco...

Me aceptaron como oyente, ya que el curso estaba empezado. Entonces un día conseguí alguien que cuidara los chicos y, con bebé en la pancita, me fui alegremente con mis cuadernos a ser estudiante otra vez.

El curso era una vez por semana.

Pero,la alegría de ser estudiante no duró mucho: resulta que cuando llegaba a casa los chicos estaban hechos un desastre. La chica que los cuidaba no era muy responsable y mi chiquita andaba con sus pañales mojados ... todo era más o menos caótico. Mi marido dijo que eso no podía ser así, que mejor saliera del curso, que los chicos no podían quedarse con esa persona...

Así que la alegría de ser estudiante nuevamente fue pasajera.

Compramos un perrito y teníamos bastante espacio para jugar en el jardín, mientras la pancita crecía.

Mi hijo era tranquilo , pero vivaz y atento. Mi hija era como un torbellino ... y rabiosa! Se trepaba a todos lados. Tenía que andar corriendo tras ella y a veces bajarla de la reja, a la que se trepaba como un monito. A los diez meses, ya caminaba.

Felizmente, porque con mi panza in crescendo se me hacía muy difícil alzarla...

Y así fue pasando el tiempo. Mi padres, los dos esta vez, viajarían para estar a la llegada de la nueva nieta (entonces tampoco sabíamos cuál sería su sexo, naturalmente) . Así que me alisté para la espera...

1 comentario:

Maria Rapela dijo...

hola, tanto tiempo...veo que has estado muy productiva...
que lastima, con lo de la universidad, simplemente hubieran buscado a otra persona....que facil, vos te salis...y otra vez a la encierro...