martes, 2 de diciembre de 2008

La situación familiar

Antes de hablar de nuestros primeros pasos por Montpellier, quiero hacer un repaso de cómo estaba la situación familiar en los tiempos previos al viaje.

Los chicos estaban bien en general. En la escuela iban con buenas notas ... Tenían sus amigos, sus fiestas de cumpleaños como cualquier chico... estaban sanos... no les faltaba nada.

El que no andaba muy bien era el papá. Vivía demasiado estresado. Era como un manojo de nervios. El siempre había sido muy activo...o hiper-activo. Siempre quiso todo rápido. Era como el "Correcaminos" en todo lo que hacía. Se desesperaba mucho con los gastos, con las cosas de la casa, vivía siempre corriendo... Definitivamente, necesitaba un respiro.El médico mismo le recomendó que necesitaba despejarse si no quería sufrir un infarto o algo parecido.

Además, toda la situación del arreglo de la casa, todo el lío de los obreros metidos en casa todo el día y un sinfín de cosas más, hacía que todos estuviéramos algo contagiados del estrés y hasta temerosos de hacer cualquier cosa que lo sacara de las casillas.

En medio de todo, apareció un día mi vecina-amiga a decir que el agua de mi jardín se estaba filtrando por las paredes de su casa, y que debíamos levantar un muro de nuestro lado, contra su pared. Nos pareció ilógico lo que nos decía y tratamos de razonar con ella y con su marido.Ella insistía en que nosotros habíamos movido la tierra y que por eso cuando llovía, el agua se le pasaba a su casa. Las cosas fueron subiendo de tono. Una noche, llegaron ellos a casa... creo que íbamos a salir juntos las dos parejas, y lo primero que dice el marido de mi amiga es que "qué vamos a hacer con lo del muro"...

Entonces mi marido estalló y les dijo unas cuantas barrabasadas y que no quería volver a oir hablar del maldito muro y que por favor se fueran de casa que no los quería volver a ver...Terminó gritándoles : FUERA, FUERA DE MI CASA!!!!!

Fue algo espantoso. Las cosas podrían haberse arreglado conversando, pero terminaron con esa amistad. Días después llegó mi amiga-vecina con un abogado y no sé si un constructor, que le aconsejó reforzar su pared, pidiéndonos permiso para hacer el trabajo desde nuestro jardín.

Para mí fue muy doloroso porque perdí a mi mejor amiga del barrio, y del país, en realidad. Pasábamos todo el día una en casa de la otra, nos llamábamos cuando no podíamos salir... y de pronto... nada más.

Afortunadamente tenía en ese entonces bastante movimiento con los chicos, el coro y diferentes actividades como para mantenerme ocupada y no pasarla tan mal.

Nuestros vecinos-amigos nos dejaron de saludar cuando nos cruzábamos y los chicos no jugaron más juntos...

Y yo me sentía avergonzada por la forma en que mi marido los había tratado, aun cuando era consciente de que ellos habían sido no sólo tontos, ni tenían razón y además,imprudentes...

Así que cuando nos fuimos para Francia , iba con el sabor amargo de haber perdido a una amiga por una situación verdaderamente estúpida.

Entonces nos esperaban unos años afuera para recuperar la paz familiar , cambiar de panorama, olvidarnos de todo lo anterior , y tratar de reconstruir una pareja que también iba cuesta abajo...