viernes, 8 de agosto de 2008

Tiempos revueltos

Y así comienza la nueva etapa. Una nueva vida dentro de la mía.

Fue también una época conflictiva en la provincia, con huelgas, movimientos,corridas y eel padre de mis hijos estaba comprometido con la comunidad y apoyando a los que protestaban. Por eso se ganó una llamada de atención en su trabajo...como juez.

Y no sólo eran las protestas , las manifestaciones, sino que el tiempo también estaba de mal humor. De todas maneras por allá siempre llueve torrencialmente, pero esta vez fue peor. Recuerdo un día en que los truenos sonaban que parecía una guerra. Me fui a la cama de mi hijo a cantarle "que llueva, que llueva..." y de golpe miro para el piso y estábamos en medio de una laguna. La casa inundada!!!!

El agua entraba por la rendija de la puerta. La calle era como un río torrentoso, cargado de cocos, ramas, basura y hasta ratas.... rumbo al mar, que estaba como a los 150 metros.No había forma de detener la entrada de agua, así que abrimos la puerta que daba al patio para que al menos saliera por alguna parte. Por el lado de atrás no corría el río.

Finalmente empezó a bajar el agua, mientras poníamos a salvo todo lo que estuviera por abajo (ni hablar de una alfombra de yute que teníamos) . Cuando ya el agua bajó, lo que quedó fue un barrial espantoso, así que con manguera tuvimos que limpiar la casa...

Pocos días después, cuando estábamos visitando a mis suegros, nos avisaron que habían habido inundaciones otra vez. Volvimos, volvimos a limpiar con el mismo método... Y cuando hubo una tercera inundación ya me dije, la tercera es la vencida. Nos vamos de aquí.

Así que recogimos todo lo que teníamos y unos vecinos de una casa más arriba nos ofrecieron albergue temporal, mientras veíamos qué hacíamos. Alli nos fuimos, como gitanos. Un colchón en el piso y a pasar los temporales, de tiempo y de trabajo. Seguían las huelgas y manifestaciones y mi marido ya estaba harto y resentido contra la Corte, por la llamada de atención, así que renunció. Fue nada más el tiempo de cumplir con el preaviso y finalmente partimos hacia la capital.

Ya le había advertido que a la casa de su mamá no iba... así que mientras esperábamos que nos entregaran la casa que nos iban a alquilar unos conocidos, unos amigos nos invitaron a quedarnos con ellos. Otra vez de gitanos.

Sinceramente, para mí fue un tiempo fatal, porque si bien estaba en casa de unos amigos... no estaba en mi casa... estábamos invadiendo la privacidad de una familia. Mi marido había encontrado un trabajo en la Universidad y se iba todo el día...

No recuerdo cuánto tiempo estuvimos allí, hasta que finalmente nos avisaron que la casa en la que viviríamos estaba lista. Así que allá fuimos y nos instalamos. Buen clima, húmedo , pero más fresco. Teníamos un jardín grande. Volvía la tranquilidad.

El trabajo de él quedaba cerca así que llegaba a almorzar todos los días así que hubo calma por un tiempo. Ya mi hijo tenía más de dos años y venía su hermanita en camino.Y la abuela de Argentina también.

Ya ese es un capítulo aparte.

1 comentario:

Maria Rapela dijo...

asi que varias razones los hicieron irse de Limón...interesante esa parte...