martes, 22 de julio de 2008

Creciendo... y otras cosas más...

Así que la historia continuaba... Y había que seguir adelante , con la frente lo más alta posible, con la sonrisa y con un bebé que absorbió todo mi dolor y que recibió todo mi amor.

Y la super mamá seguía adelante, luchando con pañales en medio de ese clima tropical que nos mandaba aguas torrenciales y había que colgar los pañales en un tendedero improvisado en la cocina...

Por las mañanas cruzaba al parquecito que había frente a casa , en busca de la sombra de algún árbol, y le hablaba. Todos los chicos rodeaban el cochecito. Y yo tomaba fotos y más fotos.

A veces íbamos a la playa, así que lo acostumbré a meterse al mar en mis brazos... Será por eso que ahora no le gusta el mar? Las playas caribeñas tienen aguas templadas... no como las del sur... Era feliz con mi bebé. Él era el destinatario de todo mi amor y compartía también mi angustia. Será que presentía de alguna forma lo que yo estaba pasando? Supongo que sí.

Así que yo, con mis cartas silenciadas, un esposo que no sabía si creerme a mí o a su mamá, me dediqué de lleno a ser super mamá.

Las que ya son mamás , o papás, saben que no todo sale como uno quiere, que los niños no vienen garantizados de que no se van a enfermar. Continuábamos nuestras visitas de control médico, y un día le fue detectada una hernia... así que hubo que operarlo. De manera que cuando ya estaba empezando a pararse en su cuna... se detuvo. Pero felizmente todo salió bien, se recuperó y vivía una cierta tranquilidad.

Los seres humanos tenemos la cualidad de que a pesar de todos los dolores, podemos seguir nuestra vida cotidiana, reírnos, hacer bromas... supongo que es un sistema de supervivencia.

En diciembre de ese año decidimos ir a Argentina. No sin miedo, porque los militares estaban más fuertes que nunca. Viajamos con pasaporte diplomático por si acaso...

Ya hacía un año y medio que estaba fuera de mi país y lejos de mi familia. Un año y medio tratando de adaptarme a mi nueva vida...

Por cierto... la familia de él, como me quería tanto, comentó , típico, que a mi hermana "por algo sería que se la llevaron"... Ese tipo de comentarios lo escuché más de una vez. A veces me sentía como un perro apaleado.

Por eso prefería quedarme en nuestra casita del Caribe, muerta de calor, que ir a la capital... Más adelante contaré sobre las visitas a la familia de él... mmm

Y ahora los dejo con mi corazón asustado pero a la vez alegre de ver a MI FAMILIA...

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