sábado, 20 de septiembre de 2008

Nuevo barrio, nueva amiga

Fue toda una ilusión estrenar casa. Fue una ilusión construírla, aunque para eso tuvimos que vender nuestro auto y moderar los gastos, para lo que mi marido era un experto, por herencia,ja,ja.

Uno de esos primeros días apareció en mi puerta una vecina. Me contó que era chilena de nacimiento, pero de mamá nicaragüense y papá español. Su vida la había hecho repartida entre varios países: Costa Rica, Venezuela, Portugal, Estados Unidos, Austria... muy variado ... se había casado tres veces (reincidente) y tenía tres hijos. La primera no era del último matrimonio.

Comenzamos a hablar, a conocernos y a compartir momentos en la calle cuidando hijos (el más chiquito era un bebito que acababan de bautizar cuando nos mudamos.Ahora toca batería y tortura a todos los vecinos con el escándalo).

Encontré una amiga con quien charlar , diferente a toda la gente de por aquí. Acá las relaciones son muy superficiales, las amigas son instantáneas, pero instantáneamente desaparecen de tu vida. La gente teme contar sus cosas a otras personas porque desconfía... desconfía de que después vayan ventilando por ahí su vida.

Fue una de las cosas que me asombraba de aquí: recuerdo que mi marido no quería que yo tuviera amigas, no quería que yo hablara con nadie, y menos de nuestras cosas. No quería que nadie supiera nada de nosotros,salvo que mantuviéramos las apariencias y que todo el mundo creyera que todo iba bien...

Pues esta amiga no ha sido instantánea y se ha mantenido, con altibajos, a lo largo de todos los años que vivimos en esta casa. Cuando los chicos se iban a la escuela, nos íbamos juntas a hacer compras, tomábamos café todas las tardes, cuidábamos chicos, y por mucho tiempo salíamos las dos parejas al cine o a comer afuera.Incluso, muchas veces salíamos las dos familias a almorzar afuera los domingos, lo que era caótico, o, lo mejor, nos íbamos a picniquear a algún lado y lo pasábamos fenomenal.

Lo curioso es que ,a pesar de las diferencias, de las experiencias vividas de cada una (ella venía de un hogar disuelto y un padre permisivo que la crió, como pudo) , de que ella tenía un carácter muy fuerte y yo seguía siendo la chica sumisa y miedosa, de que ella veía todo lo negativo de la vida y yo creía en el conejo de Pascuas (ji,ji) , teníamos nuestros sueños , y hablábamos de nuestros problemas.Si no hubiera sido por ella, no sé cómo hubiera sido mi vida aquí... tal vez me habría adaptado a las costumbres, me habría hecho superficial en mis relaciones... ???

Quien sabe. Todavía de vez en cuando tomamos café juntas, de vez en cuando vamos a un concierto, y nuestros hijos han crecido y vivido distanciados por una pared y por las cosas que van separando a las personas...

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