jueves, 30 de octubre de 2008

Mamitis

Hoy estuve escuchando una charla sobre "mamitis", que me puso a pensar mucho...

Hablaban de casos en que los hijos no quieren irse de casa, a veces por seguridad, a veces porque sienten que necesitan a su mamá cerca, a veces por pereza, porque saben que en casa todo lo tienen en bandeja, y otras porque sienten que su madre los "necesita". Y entonces ahí se crea una co-dependencia que impide al hijo crecer.

Qué interesante, pensé. Y me puse a recordar lo que fue mi salida de casa, con 29 años. Recuerdo que deseaba salir pero no sabía cómo. Había hecho un intento de irme a vivir al centro de Buenos Aires y alquilar un departamento. Ah, pero entonces me hicieron sentir culpable: "Es que ya no nos querés? Querés estar sola para hacer lo que te dé la gana? Las hijas se van de la casa para casarse (qué horror... sólo así pueden ser independientes)" .


Total, que a pesar de que tenía que viajar cada día una hora y media de ida y otro tanto de vuelta, y que si salía de noche estaba limitada por los horarios de trenes y de colectivos (aquí decimos buses, a la inglesa) decidí quedarme en casa para que ellos estuvieran contentos.

Así que estaba en casa pero tenía mis límites: a veces tenía que hacer travesuras,mentir, inventar historias de que me quedaba a dormir en casa de una amiga... Y para colmo estaba el problema de las comunicaciones. En casa no había teléfono...Por años padecimos ese inconveniente, así que había que depender de que los vecinos fueran amables de prestarnos el suyo, o mandar mensajes a través de ellos...

Y un día decidí irme a España, ahí nomás. Hubiera sido mejor para ellos que me quedara en Buenos Aires, pero no, crucé el océano para independizarme. Aunque era diferente decir que su hija estaba en Madrid, a decir que se había ido a vivir sola...mmm

El caso es que fue una tragedia. Me acuerdo cómo lloré al subir al avión. Y mami sufrió mi partida. Yo era su hija, la que estaba en casa, la que la acompañaba, con la que se iba de aventura a Córdoba, Mar del Plata o Villa Gesell, con quien iba al cine, su cómplice ... Papi estaba por ahí. Ví la estructura familiar: mi tía durmiendo en el cuarto con mi abuela, y mi abuelo durmiendo en otro. Me aterrorizó también que de pronto estaba formando pareja con mami , interponiéndome a su relación con papi. O sea, que yo era una excusa para que ellos no estuvieran juntos. No sé, el caso es que me sentí incómoda .

O sea, no sólo mi vida era un caos, sino que además estaba esa dependencia... y cómo voy a dejarla sola... La decisión no fue fácil, pero eso sí, fue rápida.

Y allá me iba yo, y mami nunca me perdonó el que la hubiera dejado.

Yo empecé mi vida allá, escribiendo cartas como loca, diciendo cuánto la extrañaba, pero empezando a despegarme, a hacer amigas nuevas, a trabajar entre españoles, a construir un nuevo mundo. Pero idealizando, a la distancia, esa vida en casa...

Después vino la salida de España, mi casamiento, mis hijos... Mis hijos que crecieron... mis hijos que empezaron a irse de casa.

Y qué hice? Me traje a mami a casa, para cerrar el círculo.

Y no fue fácil. Seguramente me sentía culpable por haberla "abandonado" tantos años, que decidí que ella estaría mejor conmigo. Casi vino obligada. Y al principio estoy segura de que quería irse de vuelta para allá. Que le costó adaptarse al clima, al estilo de vida , a mi familia. Ahora me arrepiento de haberla traído. Ella extraña a sus hijos y nietos de allá, si bien se ha adaptado , o conformado , con su vida aquí.

Y su vida aquí empezó a limitar la mía: que por qué trabajaba tanto, que otra vez el teléfono, que qué clienta más gorda, que parecía una elefanta, que otra vez un seminario, que si no sabía ya suficiente de mi trabajo, que... otra vez tenés que salir? ... que no parás nunca ... que por qué tantas horas de entrenamiento... que ...un fin de semana afuera? Y empecé a limitar mi trabajo. Y a dejar de hacer las cosas. Y a quedarme más en casa o volver rápido, para que no estuviera sola.

En resumidas cuentas: a veces las madres limitan a sus hijos y a veces éstos se sienten limitados porque sus mamás los necesitan cerca. Y estamos en un círculo vicioso y limitante...

Volveré luego, con "mamitis 2" (aunque dicen que las segundas partes nunca son buenas.Le pondré otro título, entonces, ja,ja.)

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