viernes, 29 de agosto de 2008

Otra mamá, otra familia

Otra vez en el avión, con mis dos hijos y con la mamá de mi amiga.


Antes de continuar la historia, quiero hablar de esta otra mamá,que fue una mamá "postiza" mía.Ella me conoció desde que nací. Es más, cuando nací ella vivía al lado de la casa de mi abuela, así que cuando me vio dijo, según me cuenta mami :-"Ay, qué lindo, una nena"- . Nueve meses después,nacía mi amiga, así que estábamos destinadas desde antes a ser amigas...


Pasó el tiempo, nos fuimos dos años a Canadá, volvimos... y volvimos a encontrarnos. Yo tendría como cuatro años...


Así que , como al regreso nos fuimos a vivir a la casa de mi abuela (todo el familión: éramos seis, contando a papi y mami) , nos encontramos los vecinos. Y ellos también eran un familión, así que había chicos para todas las edades. Jugábamos en la acera, corríamos por las escaleras de su casa y de la de mi abuela, nos delizábamos por las barandas, nos peléabamos de tanto en tanto mayores y menores...


Mi amiga y yo éramos las más chicas de cada familia, y entonces nos tocaba ser segregadas, apartadas, porque molestábamos mucho... Pero ahí encontramos nuestras pequeñas venganzas, lanzando sus juguetes al terreno baldío de al lado, por ejemplo... Y porque, como también éramos las chiquitas, siempre había quien nos defendiera.


Cuando ellos se iban de vacaciones a la playa, me llevaban a mí, para que mi amiga no estuviera sola ... así que pasé a ser parte de la familia. Sus hermanos eran mis hermanos, sus papás, los míos. Me adapté muy bien, porque de todas maneras eran vecinos y nos conocíamos todos.


Mi mamá postiza amaba a mi papá postizo. Él era su luz, su vida. Y nosotros éramos un montón (ellos cinco más la que escribe). Fueron veraneos inolvidables y divertidos. No nos bajábamos de la bici más que para comer, meternos al mar o dormir. Comíamos medias-lunas con dulce de leche, íbamos al cine, a la calesita, al muelle, al vivero... Qué vida más linda y despreocupada! Ah... y los alfajores de Mar del Plata...


Mis años más felices están ligados a esos veraneos , a esa familia, a esa mamá postiza que de vez en cuando nos pegaba una regañadita ("mocosos de porquería" nos decía cuando molestábamos demasiado o no conseguía sacarnos de la casa para que fuéramos a la playa, en vez de estar jugando a las cartas) pero que tuvo un enorme corazón donde cabíamos todos...


Lo bueno es que esa amistad se mantuvo a través de los años. Ya mis papás postizos no están ni tampoco dos de mis hermanos postizos...


Así que vuelvo al avión, pero siempre aparecerán ocasiones para hablar más de esta familia que todavía la considero mía.


Y, en el aeropuerto, mi amiga esperaba...

No hay comentarios: